domingo, 21 de agosto de 2011

TEMAS DE LITURGIA

TEMAS DE ESTE ENLACE


LOS ACTORES DE LA LITURGIA


Los actores de la liturgia

Fundamentalmente son dos temas dentro de éste contexto:

                1.- Cristo y la Iglesia.
                2.- La participación de los fieles en la litúrgia.

Los objetivos propuestos en este tema son:

En el Área del conocimiento:
                Conseguir describir quienes son los sujetos de la acción litúrgica y descubrir que estos actores realizan un acto que corresponde únicamente a Jesucristo.

En el área afectiva:
                Valora el carácter sacerdotal y cultural de nuestro ser cristiano y el carácter ministerial de los ordenados, como participación del único sacerdocio de Cristo.

En el área del comportamiento:
                Adecuar nuestra forma de participar en las celebraciones a los conocimientos adquiridos

En el área del comportamiento:
                Adecuar nuestra forma de participar en las celebraciones a los conocimientos adquiridos.


1.- La presencia del Señor en la Liturgia.

  • El tema de la presencia de Cristo en la Liturgia, razón última de la eficacia actual del Misterio de Salvación, aparece delineado en el N.T. (Mt. 18,19-20)
  • En la época apostólica, y patrística se acentuaba el aspecto eclesial de la unión con Cristo y la comunicación de sus dones; aunque se trataba de una verdad enseñada a los fieles en toda su amplitud y profundamente vivida, todavía las formas de la presencia del Señor entre sus fieles no era objeto de atención por parte de los teólogos.
  • La situación cambia a partir de la Edad Media con el nacimiento de una piedad que veneraba la humanidad de Cristo.
  • El nacimiento y el desarrollo del concepto teológico de la Transubstanciación deja en la oscuridad los demás aspectos de la presencia de Cristo en la Iglesia.
  • El movimiento litúrgico, con la aportación de O. Casel, introducirá nuevos elementos de reflexión; en la celebración eucarística, en los sacramentos, en las solemnidades del Año Litúrgico y, en general, en toda acción litúrgica se hacen presentes los Misterios de Cristo. Lo fundamental de la Teología de los Misterios, asumida por la Mediator Dei y de ahí por el Vaticano II.
  • Paralelamente la renovación y el avance de los estudios bíblicos permiten la profundización en lo  en lo que ahora llamamos presencia de Dios en su Palabra, realidad mantenida y celebrada de muchas maneras por la Liturgia.
  • La Teología, por otra parte, se ocupa cada día más del misterio de la Iglesia, realidad maravillosamente expresada por la asamblea eucarística.
  • La Iglesia aparece, entre otros aspectos, como el Cuerpo del Señor y el Templo del Espíritu que se  va levantando mediante los sacramentos en los cuales actúa la fuerza del Señor.
Mysterium Fidei de Pablo VI (1965) dice: Tal presencia (la de Cristo en la Eucaristía) se llama real no por exclusión, como si las otras no fueran reales, sino por antonomasia, porque por ella ciertamente se hace presente Cristo, Dios y hombre, entero e íntegro.

  • Dos años después se publica la Instrucción Eucharisticum Mysterium (1967) sobre el culto a la Eucaristía, la cual tocará nuevamente los diversos modos de la presencia de Cristo, para una inteligencia más profunda del misterio de la Eucaristía. Esta instrucción se remite al Concilio de Trento (1743) y la Mystrium Fidei, recuerda todas las presencias citadas por estos documentos, pero colocados en un orden escalonado que arranca de la presencia del Señor en la asamblea y culmina en la presencia Eucarística.

·         Todavía el Ritual de la comunión y del culto del Misterio Eucarístico fuera de la misa (ed. Latina 1973) destacará como Cristo, sacramentalmente presente no solo mientras se ofrece el sacrificio y se realiza el sacramento, sino también después , en la Eucaristía conservada. Para recomendar que por razón del signo Cristo no esté presente desde el principio de la misa en el sagrario sobre el altar en que se celebra la Misa; al mismo tiempo indica que se manifieste como la presencia eucarística de Cristo es fruto de la consagración.

·         El Concilio presente la Liturgia como la actualización eficaz del Misterio Salvador en el tiempo de la Iglesia. Pues bien, para realizar esta obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobro todo en la acción litúrgica (SC 7)

·         La Liturgia no es, por tanto, el único cauce o modo de presencia continuada de Cristo en su Iglesia según la promesa de Mateo 28, 19-20 pero su reclamada dicha presencia como componente esencial de su naturaleza.

·         Por otra parte no hay que olvidar que Cristo está también presente en los pobres y necesitados, y está particularmente presente en todo discípulo.

·         La SC, menciona cuatro modos de presencia, uno más que la encíclica Mediator Dei, concretamente la presencia de la palabra a saber

a.       Sacrificio Eucarístico
b.      En los Sacramentos
c.       En la Palabra y;
d.      En la Asamblea reunida en la oración.

PRESENCIA DE CRISTO EN EL SACRIFICIO DE LA MISA
·         Esta Presencia viene afirmada tanto en la persona del ministro, que hace las veces de Cristo oferente, como en las especies sacramentales del pan y del vino, es decir en el sacramento.
·         Respecto de la primera el Concilio cita unas palabras del de Trento, que aluden a la identidad del oferente en el sacrificio de la Cruz y en el de la Misa.
·         La diferencia está en que ahora Cristo se ofrece por ministerio de los sacerdotes.
·         La función del sacerdote aparece como la de un instrumento, ciertamente libre, del ofrecimiento de Cristo.
·         La actividad del ministro humano autorizado constituye sin duda en el sacramento el signo eficaz de la presencia de Cristo en el orden sacramental, pero el no constituye el efecto del sacramento ni, por consiguiente, la presencia de Cristo.
·         En otras palabras; el ministro del sacramento no hace las veces de Cristo ni lo representa como si éste estuviere ausente, sino en cuanto está presente y actúa por medio de él en el orden del signo. (Karl Rahner). In persona Christi (Sto Tomás, expresión que traduce la conciencia permanente de la Iglesia de que quien actúa y obra en los sacramentos es Cristo.

·         La SC 7 cita también la presencia de Cristo en el ministro del Bautismo, recogiendo una bella frase de San Agustín: cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Presencia de Cristo en toda acción sacramental.

·         No sería justo silenciar, a propósito de la presencia de Cristo en el ministro del Sacrificio Eucarístico, esa otra presencia, en la comunidad cultual en razón del carácter sacerdotal recibido en el bautismo. Lo que no dice la SC7 lo dirá en  cambio SC 48 al hablar de la participación de todos los fieles en la misa:

·         Por tanto, la Iglesia, con solicito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conciente, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no solo por las manos del sacerdote sino conjuntamente con él.

De aquí la conveniencia pastoral de que toda celebración revista carácter comunitario.

                Respecto de la presencia de Cristo en la Eucaristía, recordemos únicamente que no impide las otras presencias, también reales, y que por tratarse de la más eminente, pide que las demás se expliquen en analogía con la eucaristía.
                Pero no se puede olvidar la realidad de los restantes modos de la presencia del Señor  que asegura la continuidad de su obra salvífica y convierte a toda acción litúrgica

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